Se trata de un método delicado y suave para cocinar proteínas magras, que requiere controlar el contenido graso de la salsa.
Seguridad clave del pavo: la carne de pavo debe cocerse completamente hasta alcanzar una temperatura interna mínima de 74 °C.
Control de grasas: El pavo (especialmente el filete) es muy magro. La salsa de nata añade grasas saturadas. Se recomienda utilizar nata baja en grasa o sustituirla parcialmente por caldo o leche para controlar el contenido total de grasa.
Facilita la digestión: El guisado ablanda las fibras musculares del pavo, lo que hace que la proteína sea más fácil de digerir.
Absorción: La grasa de la salsa es fundamental para la absorción óptima de las vitaminas liposolubles (si se añaden verduras).
